Que quede un agridulce vestigio, del año en que quise morir pero no lo hice.

Que quede un agridulce vestigio, del año en que quise morir pero no lo hice.
No me puedo imaginar un mundo sin mujeres, así que mejor me imaginaré un mundo en el que abundamos las mujeres libres de experiencias de violencia, abuso, acoso... Para ello, es necesario comenzar rehaciendo el mundo. Reinventar los días pesadilla. Como mi cumpleaños.