A Isabel Villanueva, mi abuelita, -ita, con ese diminutivo que, para ella, denotaba cariño.

A Isabel Villanueva, mi abuelita, -ita, con ese diminutivo que, para ella, denotaba cariño.
Este poema es la recopilación de las voces de distintas mujeres. Por ello, el poema es de todas, es, precisamente, un entramado de nuestras vidas. La mujer que me inspira todos los días: mi mamá, mi abuela, mi hija, mi hermana... algunos nombres, sin jamás nombrarlas a todas...
Me gustaría que supieras cómo me sentí. Me gustaría que supieras que sí, las niñas recordamos, vemos y sentimos todo lo que pasa a nuestro alrededor. Me gustaría que supieras que tus actos no me definen a mí, pero a ti sí.
Huir a veces es darle la espalda al mundo, aunque también, en el camino, puede ser darnos la espalda. Para mí, huir significa dejar de escribir. Cuando comencé a contarla, pensé que se trataba acerca de mi proceso para sanar el haber estado en una relación abusiva. Hoy sé que no es así. En realidad, Agridulce es acerca de mi camino para aprender a ser vulnerable. Es un caminar diario, en el que cada paso cuenta.